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domingo, 1 de agosto de 2021

Celia Vergara Quinteto, colofón del XIX Festival de Jazz de Talavera de la Reina.


        Celia Vergara es una cantante atípica de jazz; su carrera abarca muchos ámbitos. Es logopeda, Vocal Coach, Compositora (nominada a los Premios Goya) y dobladora y cantante de muchos personajes de la factoría Disney (Enredados, Hércules, Mulán) y para Netflix. Ha colaborado con numerosas figuras del mundo del espectáculo como Juan Carlos Calderón, Miguel Blanco, Eduardo Leiva, Joaquín Sabina, Eva Gancedo, Miguel Ángel Collado, Miguel Bosé, etc.,

        Sus canciones se caracterizan por unas letras inconmensurables, con un gran toque emocional y una elegante puesta en escena: Se nota el trabajo bien hecho y esmerado y la mano en la colaboración con el músico y productor Roberto Bazán.

 El jazz que emana de este quinteto, la gran puesta en escena, la maestría de estos cinco músicos y la voz de la gran dama blanca, Celia Vergara son garantía de éxito para cualquier festival que se precie. Las cuerdas vocales de Celia nos evocan el pasado mágico de las grandes damas del jazz.

 Acompañada por Joaquín Chacón a la guitarra, Antonio Calero a la batería, Víctor Merlo al bajo y su alter ego, Roberto Bazán, nos ha deleitado con una actuación muy generosa que se ha acercado casi a las dos horas de duración. Ha interpretado temas tan grandes como Like a worm, Love of my life, Waiting for my love, Chandelier, Empty House,If he is just fine, Dancing circle, Lilac wine y Don’t lie to me.

CARLOS BUSTAMANTE BURGOS.

jueves, 29 de julio de 2021

XIX Festival de Jazz de Talavera de la Reina

 

Estos días se viene celebrando el XIX Festival Internacional de Jazz Ciudad de Talavera desde el 26 hasta el 31 de julio con actuaciones de primer orden en la talaverana Plaza del Pan.

El Festival, creado hace 18 años por iniciativa particular, permitirá a los aficionados disfrutar de artistas de nivel mundial y nacional como Andrea Motis Quintet, Sean Clapis New World Band, Kiko Berenguer Quartet, Cecilia Krull Quartet, Lluis Coloma Trio, Cecilio Bergara Quinteto.

También existirá un certamen de Photo Jazz y otro de DibuJazz para los más pequeños. A ello se le suma la presentación del libro Nuestras queridas orquestas de Francisco Juárez.

Fuera de la plaza y con la colaboración de diferentes empresas hosteleras, del 23 de julio al 15 de agosto y a partir de las 00:30 horas, contamos con nueve fechas para escuchar lo mejor del jazz y degustar de un Pic Nic Jazz en La Bombonera con la actuación de Tornillos Swing.

El Festival se desarrolla en horario de mediodía con guiños gastronómicos, con presencia en diferentes radios locales y los certámenes de fotografía y pintura. El horario de medianoche queda copado por los diferentes conciertos.

      Organiza como siempre la Asociación Músico Cultural "Always Elvis" con el patrocinio del Ayuntamiento de Talavera.

En los Conciertos de Plaza del Pan, en esta edición, el aforo queda limitado a 500 espectadores y el acceso a cada asiento será por orden de llegada, hasta completar aforo. A diferencia del pasado año, no se recogerán invitaciones, teniendo que personarse los interesados en las vías de acceso a la Plaza del Pan, poco antes del comienzo de las actuaciones. Todas comenzarán a las 22:30 horas. Se recuerda la vigencia del distanciamiento social y el uso de las diferentes medidas anti-covidEl uso de la mascarilla es obligatorio en todo el recinto.


CARLOS BUSTAMANTE BURGOS.




jueves, 22 de julio de 2021

Emmanuel Carrere


ARTÍCULO SOBRE EL GANADOR DEL PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE LAS LETRAS 2021.

 Título: Emmanuel Carrère, Premio Princesa de Asturias.

Subtítulo: Los demonios de un escritor.

Autor: Carlos Bustamante Burgos.

     Emmanuel Carrère suma un reconocimiento más a su carrera. Esta vez ha sido reconocido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2021. Si los premios son injustos porque dejan a otros muchos sin ese reconocimiento del que también deberían disfrutar al igual que el ganador, esta vez, se ha hecho justicia con un hombre que destaca por ser el máximo exponente de un tipo de literatura denominada autoficción. Su literatura se basa en hechos reales y es esto lo que le ha hecho ser considerado uno de los renovadores de la literatura de no ficción. Todo lo que impregna su vida se convierte en novela. Todo lo que le provoca caer en intermitentes depresiones se convierte en best seller.

     Muchas de sus obras han  llegado al cine. Una de sus primeras obras fue llevada a las pantallas en 1998, La clase de nieve, que se alzó con el premio del jurado del festival de Cannes, siendo el mismo guionista de la versión cinematográfica homónima de su propio libro. A continuación, escribiría como guionista: El adversario, El bigote, Regreso a Kotelnich, Estoy triste, mi madre está viva, Todos nuestros deseos, Fractura, Paseando con Molière, El ángulo muerto, Entre dos mundos y un largo etcétera.

     Ha sabido compaginar su vida de escritor con la de guionista. Ha sabido sacar provecho a sus vivencias y convertirlas, cual Rey Midas, en éxitos literarios y fílmicos. Ha sabido convertir cualquier bajada a los infiernos o cualquier depresión en una excusa para hablar de sí mismo y convencer a sus millones de lectores.

     Su explosión en el mundo literario llegó con El adversario, novelando la historia de un parricida que le hizo tambalear psicológicamente. Más tarde, Una novela rusa, donde la locura y el horror obsesionó más que nunca al autor. Decidió tras el éxito de El adversario, huir, dejarlo todo buscando un reportaje en Rusia, buscar un pasado oculto de colaboración con los nazis por parte de su abuelo materno y del que su madre guardó herméticamente un silencio que avergonzaba a la familia. A la vez, escribía un relato erótico para su amante. Relato que interrumpió; sucedió un crimen horrendo y de repente todo su mundo de tambaleó. Fue una nueva crisis.

    Otro de sus libros, y siguiendo la estela de ‘lo ruso’ e influenciado por su madre, Hélène Carrère d'Encausse historiadora, miembro de la academia francesa y eurodiputada del partido de Nicolás Sarkozy es Limónov, cuyo personaje principal no es un personaje de ficción, si no un personaje de carne y hueso, un poeta y disidente ruso que fue encarcelado y que falleció el pasado año 2020. Lo importante de esta obra podría ser el libro en sí mismo, pero yo quiero que el lector se fije en la importancia que tiene Rusia en la vida de Carrère y que de forma periódica sale a flote en la vida del escritor.

     En 2011, tras sufrir una nueva recaída —se muere su cuñada debido a un cáncer y la hija de unos amigos por el Tsunami de Sri Lanka de 2004. Y a ello se le suma la crisis de pareja que arrastraba desde hacía tiempo—, edita De vidas ajenas. Tener tan cerca a la muerte le hace decaer de nuevo y engendra una novela en la que va adentrándose en una espiral de historias dolorosas, donde una primera historia da paso a una segunda. Y a una tercera. Y a una cuarta. Todas teniendo como antecedente la anterior, pero cobrando una vida descarnada donde la crítica al sistema judicial queda patente.

    Más tarde, edita El reino. La obra es fruto de su acercamiento a las sagradas escrituras (y más concretamente al Evangelio de San Lucas) tratando de buscar una ayuda. Se trata de otro libro difícil, un híbrido entre memoria, ensayo y ficción en el que entremezcla dos historias en dos tiempos que distan dos mil años. En una se refleja a sí mismo en un momento de crisis personal debido a su tormentosa relación de pareja y al alcoholismo; y en la otra, indaga en los orígenes del cristianismo. Se interesa por la vida de San Lucas y de Pablo de Tarso, pero sobre todo en el mensaje de transgresión del cristianismo con respecto a los cánones establecidos en aquella época. También le interesa esa fe desbordante que se aleja de la razón. Lo que le hace llegar a la conclusión de que mayoritariamente nos movemos por conductas irracionales e insondables.

     Finalmente quiero acercar al lector su obra Yoga. No se trata de un manual sobre yoga ni un libro de autoayuda ni de una novela, pues Carrère no sabe el oficio de novelista. El siempre abarca una escritura difícil, que es denostada y ensalzada a partes iguales por el lector que se acerca a su obra. No debemos perder de vista que Emmanuel es un escritor que se mueve en el producto híbrido. De ahí su innovación.

    Yoga es un libro que vuelve a retomar la constante crisis de pareja que siempre vive, de la ruptura de esa relación tóxica y sus consecuencias. También incluye el terrorismo islamista, el drama de los refugiados; y de forma tangencial, el yoga, que el escritor practica desde hace veinte años; y que, paradójicamente, busca mediante él con técnicas de concentración un mayor control físico y mental. Un control mental que le está vetado, en parte debido a su gran ego, y que forma parte de la génesis de sus obras y de no encontrar una estabilidad en su vida y en sus relaciones de pareja. Emmanuel Carrère tiene más demonios que lo atormentan: otro, son los celos que manifiesta sentir por el éxito del escritor Michel Houellebecq.

     Ahora parece tocar el cielo aunque seguramente sea por poco tiempo—. El jurado del Premio ha destacado su capacidad para borrar las fronteras entre la realidad y la ficción y la indagación que hace de la condición humana mientras se suceden en el mundo los más atroces crímenes, las catástrofes naturales más convulsas o los relatos más corruptos de un sistema que nos engulle.


     CARLOS BUSTAMANTE BURGOS.

Dorothy Parker

ARTÍCULO SOBRE LA ESCRITORA NORTEAMERICANA DOROTHY PARKER.

 

Título: Dorothy Parker.

Subtítulo: El origen del mito. El origen de la Generación perdida.

Autor: Carlos Bustamante Burgos.

 

     Mucho se ha hablado y escrito sobre Dorothy Parker, pero ¿quién era Dorothy Parker en realidad?, ¿por qué trasciende esta en una generación plagada de estrellas?

     Su poesía, marcada por sus intentos de suicidio; su imagen —unida al whisky y al cigarrillo— en una vida excéntrica y siempre decadente; y sus críticas, con artículos polémicos y pendencieros.

     Siempre rodeada por figuras como Scott Fitzgerald, Dos Passos y Hemingway. Se la veneraba y odiaba a partes iguales, pero en lo que sí coincidían todos era en el temor que los infundía. Nunca se casaba con nadie. Nunca decía nada a medias tintas. Dorothy Parker es un mito de la «generación perdida» gracias al personaje, que trascendió a su obra literaria; y no sería hasta pasado un tiempo que su obra literaria fuese juzgada con justicia.

     Dorothy Parker fue una mujer de apariencia frívola y alegre, pero tras esa apariencia se escondía una mujer siempre en caída. Obras como La soledad de las parejas o El banquete de palabras no solo está fotografiando a una sociedad sin rumbo, sino a su infierno personal con ese deseo constante de la muerte.

     Guionista en Hollywood y corresponsal en España durante la Guerra Civil, Dorothy Parker fue una mujer que se hizo a sí misma gracias a sus dotes intelectuales, a su ingenio y a la mordacidad de sus críticas en Vogue o Vanity Fair que realizaba de esa América que quería romper con la herencia europea. Huérfana de madre a los cinco años y de padre a los veinte, quedó marcada por dos sucesos: el primero, un triple conocimiento muy cercano de la muerte (la de su madre, la de su padre y la de su tío paterno que falleció en el hundimiento del Titanic) y del sabor efímero de la felicidad; y el segundo, con dieciséis años, entrar a trabajar como pianista en una escuela de baile, lo que le hizo conocer el lado más frívolo y loco de la vida.

     La muerte de su madre junto al carácter de una mujer ultracatólica (la segunda esposa de su padre) le haría perder todo tipo de fe y la visión idealizada de una vida puritana. Esto forjaría su carácter y su actitud ante la vida. Escribe poemas para evadirse de una realidad que no le gusta, que le ha privado de su madre y que más tarde también le privaría del padre. Es precisamente, un año después de la muerte de su padre cuando decide en 1914 vender sus poemas a Vanity Fair. Le compran un primer poema y madura la idea de vivir escribiendo en los medios. Sabe que vivir de la venta de poemas es difícil, aunque sea lo que ella quiere hacer, a lo que se quiere dedicar. También sabe que es más fácil vivir como colaboradora de cualquier revista. Bien mirado, también es escribir y vivir de la escritura.

     De este modo, utiliza, a modo de tarjeta de presentación, la publicación de su poema Any Porch en Vanity Fair para pedir trabajo como redactora en la revista Vogue que también pertenecía al grupo empresarial Condé Nast. Tres años más tarde cree que la felicidad no le está vetada porque se dan dos acontecimientos que, a sus ojos, la colman de felicidad: sustituye a P.G. Wodehouse como crítica de teatro en Vanity Fair y se casa con el corredor de bolsa Edwin P. Parker. Tras diez años de infeliz matrimonio se divorcian. De él mantuvo para siempre su apellido, con el que ha pasado a la Historia.

 

     Mientras crecía su prestigio como crítica, con frecuencia escribía sus breves, pero incisivos poemas en las páginas de los diferentes medios en los que trabajaba. En 1926, publicó su primer libro de poesía,  Enough Rope , que inmediatamente se reveló como Best seller. Más tarde se sucederían Sunset Gun  (1928) y Death and Taxes  (1931). 


     La poesía de Parker refleja sin lugar a duda su brillantez, pero también por la eterna crisis en la que vivía constantemente.

 

     ¿Pero qué fue lo que le hizo trascender a una época?, ¿qué fue lo que le hizo ser representante de la generación perdida?

 

     Parker con un verso “flapper” (ligero) supuso una punzada para parte de una sociedad estadounidense conservadora que veía con malos ojos la visibilidad de la mujer en una sociedad marcada y dirigida por los hombres.

 

     Las flappers eran las chicas que bailaban, iban a fiestas, iban a la moda, eran chicas cínicas, frescas, descaradas, seguras de sí mismas y de una vitalidad. Fueron fruto de los locos años veinte, una época marcada por la prosperidad económica tras la PGM, el inconformismo, el deseo de ser libre, de vivir y disfrutar de la vida, la creatividad, la nueva sexualidad, la moda…


   Estados Unidos buscaba su propia idiosincrasia y se alejaba cada vez más de la herencia del viejo continente, reminiscencia de un pasado que querían perder de vista. Norteamérica quería liderar un mundo nuevo, marcado por el pragmatismo y la democracia.

   Hay un acontecimiento que marcó un antes y un después, fue el retorno de las tropas americanas enviadas al frente durante la Primera Guerra Mundial, especialmente a Francia. Tropas compuestas por más de cuatro millones de jóvenes.

     El nuevo sueño americano exigía romper con la tradición y articular un estilo de vida que poco tenía que ver con el mundo de los pioneros basado en el ahorro y en la moral puritana.  La desilusión por los horrores de la guerra, el rechazo a los valores de la generación anterior (patriotismo, coraje, masculinidad), la decadencia, la visión distorsionada “del sueño americano”, los roles de género, etc., hicieron que una generación completa buscase el lado hedonista e inconformista de la vida, criticando lo que no les gustaba de la sociedad puritana en que vivían y luchando por los derechos que creían tener mermados.

    Para Parker, Hemingway y otros escritores de la generación perdida París fue una fiesta; por contra, para el puritanismo era una ciudad de pecado y perdición.

     La lucha contra las modas y modismos traídos de Francia, los inventos de la época, la nueva música, la «Era del Jazz, blues y Charleston», el consumo de drogas, la Ley seca —en vigor entre 1920 y 1933— quebrantada con la connivencia de las autoridades, la cruzada contra cualquier atisbo de liberación sexual, la censura en los estudios de Hollywood … eran mecanismos que pretendían poner freno a las nuevas costumbres de la juventud por parte de un puritanismo que militaba entre los republicanos y demócratas.

     La juventud se familiarizaba con nuevas experiencias sexuales como el petting, en un mundo poblado por las flappers. Se pusieron de moda los petting parties (fiestas de tocamientos), donde jóvenes de ambos sexos se reunían para un intercambio de besos y caricias, sin llegar a la penetración; y siempre bajo la presencia del resto de invitados. 

     La juventud, también se dejó arrastrar por el mundo de la drogadicción; muchos de los soldados heridos en el frente se hicieron adictos al uso de estas. Esto fue abarcando también a aquellos jóvenes que nunca las necesitaron como distinción, moda o estatus social en un principio, para posteriormente generalizarse en todas las clases sociales.

    Los Estados Unidos se convirtieron en líderes de la economía mundial tras la Primera Guerra Mundial. El «estilo de vida americano» se caracterizaba por el consumo (automóviles, comida, vestido, electrodomésticos…), estimulado por la publicidad y facilitado por el crédito personal o las ventas a plazos. También se convirtieron en objetos de consumo: los espectáculos (cine, deportes, teatro); la alta costura; y la asistencia a clubes y salas de baile (jazz, charleston, blues).

     En Estados Unidos, estos valores del éxito, la iniciativa y el esfuerzo individual impulsaron una búsqueda de la “felicidad” que se podía comprar e incluso a plazos. La pobreza y el fracaso se interpretaban como signos de pereza, falta de inteligencia, debilidad e incompetencia.

     Dentro de los grupos, en un primer momento, elitistas o si se quería formar parte de estos se debían adoptar todas las modas, usos y costumbres, entre ellos el del consumo de drogas: opiáceos, heroína, morfina, cocaína, efedrina… La droga les daba un aporte extra de felicidad; el alcohol, experimentar la sensación de quebrantar la ley establecida dominada por los grupos puritanos.

     Grupos puritanos como YMCA e instituciones universitarias diseñaron toda una red de instalaciones deportivas y gimnasios para alejar a la población del alcohol y otros pecados creando una imagen del joven perfecto, simbiosis del boy scout y el atleta cristiano.

    Los jóvenes universitarios que deberían destacar solo en los campos de fútbol se encontraron con unas chicas nuevas –las flappers– que brillaban en las pistas de baile al ritmo de las grandes bandas de la época (Count Basie, Tommy Dorsey, etc.).

    Tanto las canchas deportivas como las salas de baile se convirtieron en escaparates de unos jóvenes bellos, elegantes y seductores que rompían con el pasado de sus padres.

    Los grupos puritanos que moldearon a los jóvenes hombres en el deporte y en el esfuerzo no habían contemplado que iba a surgir un nuevo tipo de mujer que respondía a la nueva modernidad. Se trataba de una mujer —la flapper— que fumaba, bebía, se maquillaba, se perfumaba, llevaba el pelo corto, vestía elegantemente, practicaba deporte, frecuentaba piscinas y playas, y bailaba al son de unas nuevas músicas indecorosas.

    La mujer que trabaja codo con codo junto a los hombres en empresas y oficinas reclamaba el sufragio universal; era una nueva mujer que quería romper con el siglo anterior.

    La mujer comparte diversión en las salas de fiesta con el hombre, hace gala de coquetería, contempla una sexualidad libre al margen de la procreación, sin demasiados compromisos y que incluso –es el caso de Dorothy Parker– llega a abortar.

    Philipp Blom, en su libro Años de vértigo, califica al flapperismo como una corriente alegre y libre, entre el hedonismo y el nihilismo, que coincide con los «felices años veinte», con nuevos ritmos musicales (jazz, charlestón, etc.) y nuevas costumbres sexuales.

    La flapper es una mujer atractiva que encuentra un icono en una imagen publicitaria: la de Betty Boop inspirada en la cantante Helen Kane, una verdadera flapper que, según Blom, se convirtió en símbolo de la feminidad durante la depresión.

     Este nuevo tipo de mujer tenía sus propias publicaciones dedicadas a la moda, al estilo, a la vida de sociedad y se editaban en Nueva York y en ellas colaboró Dorothy Parker, como Vogue y Vanity Fair.

    Las flappers fueron precursoras de las pin-up, modelo de mujer desenfadada y atractiva que además de ilustrar los calendarios se impuso a partir de la Segunda Guerra Mundial. Una de ellas, la actriz Betty Grable.

     Dorothy Parker fue una mujer flapper que escribió desde publicaciones para mujeres flapper. Luego más tarde como freelance siguió con sus escritos dirigidos a un público flapper que tendría que asentar día a día las bases de la igualdad. Las mismas por las que ella luchó durante toda su vida; y que como colofón de una vida de lucha contra las injusticias legó todos sus bienes, en testamento, al Movimiento de Martin Luther King.


     CARLOS BUSTAMANTE BURGOS.

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