ARTÍCULO SOBRE EL GANADOR DEL PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE LAS LETRAS 2021.
Subtítulo: Los
demonios de un escritor.
Autor: Carlos Bustamante Burgos.
Emmanuel Carrère suma un reconocimiento más a su carrera. Esta vez ha sido reconocido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2021. Si los premios son injustos porque dejan a otros muchos sin ese reconocimiento del que también deberían disfrutar al igual que el ganador, esta vez, se ha hecho justicia con un hombre que destaca por ser el máximo exponente de un tipo de literatura denominada autoficción. Su literatura se basa en hechos reales y es esto lo que le ha hecho ser considerado uno de los renovadores de la literatura de no ficción. Todo lo que impregna su vida se convierte en novela. Todo lo que le provoca caer en intermitentes depresiones se convierte en best seller.
Muchas de sus obras han
Ha sabido compaginar su vida de
escritor con la de guionista. Ha sabido sacar provecho a sus vivencias y
convertirlas, cual Rey Midas, en éxitos literarios y fílmicos. Ha sabido
convertir cualquier bajada a los infiernos o cualquier depresión en una excusa
para hablar de sí mismo y convencer a sus millones de lectores.
Su explosión en el mundo literario
llegó con El adversario, novelando la historia de un parricida que le
hizo tambalear psicológicamente. Más tarde, Una novela rusa, donde la locura
y el horror obsesionó más que nunca al autor. Decidió tras el éxito de El
adversario, huir, dejarlo todo buscando un reportaje en Rusia, buscar un pasado
oculto de colaboración con los nazis por parte de su abuelo materno y del que
su madre guardó herméticamente un silencio que avergonzaba a la familia. A la
vez, escribía un relato erótico para su amante. Relato que interrumpió; sucedió
un crimen horrendo y de repente todo su mundo de tambaleó. Fue una nueva
crisis.
Otro de sus libros, y siguiendo la
estela de ‘lo ruso’ e influenciado por su madre, Hélène
Carrère d'Encausse —historiadora, miembro de la
academia francesa y eurodiputada del partido de Nicolás Sarkozy— es Limónov,
cuyo personaje principal no es un personaje de ficción, si no un personaje de
carne y hueso, un poeta y disidente ruso que fue encarcelado y que falleció el
pasado año 2020. Lo importante de esta obra podría ser el libro en sí mismo,
pero yo quiero que el lector se fije en la importancia que tiene Rusia en la
vida de Carrère y que de forma periódica sale a flote en la vida del escritor.
En 2011, tras sufrir una nueva
recaída —se muere su cuñada debido a un cáncer y la hija de unos amigos por el Tsunami
de Sri Lanka de 2004. Y a ello se le suma la crisis de pareja que
arrastraba desde hacía tiempo—, edita De vidas ajenas. Tener tan cerca a
la muerte le hace decaer de nuevo y engendra una novela en la que va adentrándose
en una espiral de historias dolorosas, donde una primera
historia da paso a una segunda. Y a una tercera. Y a una cuarta. Todas teniendo
como antecedente la anterior, pero cobrando una vida descarnada donde la
crítica al sistema judicial queda patente.
Más tarde, edita El
reino. La obra es fruto de su acercamiento a las sagradas escrituras (y más
concretamente al Evangelio de San Lucas) tratando de buscar una ayuda. Se trata
de otro libro difícil, un híbrido entre memoria, ensayo y ficción en el
que entremezcla dos historias en dos tiempos que distan dos mil años. En
una se refleja a sí mismo en un momento de crisis personal debido a su
tormentosa relación de pareja y al alcoholismo; y en la otra, indaga en los
orígenes del cristianismo. Se interesa por la vida de San Lucas y de
Pablo de Tarso, pero sobre todo en el mensaje de transgresión del cristianismo
con respecto a los cánones establecidos en aquella época. También le interesa
esa fe desbordante que se aleja de la razón. Lo que le hace llegar a la
conclusión de que mayoritariamente nos movemos por conductas irracionales e
insondables.
Finalmente quiero acercar al lector su obra Yoga. No se trata de un manual sobre yoga ni un libro de autoayuda ni de una novela, pues Carrère no sabe el oficio de novelista. El siempre abarca una escritura difícil, que es denostada y ensalzada a partes iguales por el lector que se acerca a su obra. No debemos perder de vista que Emmanuel es un escritor que se mueve en el producto híbrido. De ahí su innovación.
Yoga es un libro que vuelve a
retomar la constante crisis de pareja que siempre vive, de la ruptura de esa
relación tóxica y sus consecuencias. También incluye el terrorismo islamista,
el drama de los refugiados; y de forma tangencial, el yoga, que el escritor
practica desde hace veinte años; y que, paradójicamente, busca mediante él con
técnicas de concentración un mayor control físico y mental. Un control mental
que le está vetado, en parte debido a su gran ego, y que forma parte de
la génesis de sus obras y de no encontrar una estabilidad en su vida y en sus
relaciones de pareja. Emmanuel Carrère tiene más demonios que lo atormentan:
otro, son los celos que manifiesta sentir por el éxito del escritor Michel
Houellebecq.
Ahora parece tocar el cielo —aunque seguramente sea por
poco tiempo—.
El jurado del
Premio ha destacado su capacidad para borrar las fronteras entre la realidad y
la ficción y la indagación que hace de la condición humana mientras se suceden
en el mundo los más atroces crímenes, las catástrofes naturales más convulsas o
los relatos más corruptos de un sistema que nos engulle.
CARLOS BUSTAMANTE BURGOS.
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